Cómo Logré Vender en la Peor Reunión de Mi Vida

Cómo Terminé Vendiendo en la Peor Reunión de Mi Vida

Si piensas que quiero venderte la moto de lo bien que lo hago te equivocas, porque yo mismo he tardado años en entender qué pasó. Por eso quiero compartirlo contigo.


Aunque soy un 3 (alguien que se esfuerza por destacar), lo que te quiero contar no es autobombo, sino algo auténtico.


Cuando me pasó esto ya sabía de eneagrama.


Te cuento.


Ese día tenía dos reuniones en Madrid, ambas por la mañana. Cada una en una punta de la ciudad.


Mal asunto.


Deberían haber sido unas reuniones comerciales de lo más normal. Sin embargo, la primera se alargó más de lo previsto. Es un gustazo ver cuándo un cliente se interesa por lo que le estás ofreciendo. Es un momento mágico cuando encajas con su necesidad.


Un chute de buen rollo.


Yo creo que por eso me dedico a esto…


Y ya si te compra, ni te cuento.


Como os decía, la reunión se alargó tanto que cuando salí a la calle a por mi moto sabía muy bien que no iba a llegar a tiempo a la siguiente reunión.


Así que llamé. Siempre lo hago, porque llegar tarde me parece un robo de tiempo.

Hablé con una chica muy simpática que asistía a la persona con la que había quedado. Habíamos quedado a las 12 del mediodía y me excusé, avisando de que me retrasaría unos 10 minutos sobre la hora acordada.


Colgué, me monté en la moto y salí zumbando.


Llegué a las 12:08, justo a tiempo de “tirar” la moto en la puerta y entrar.


Amablemente me anuncié a la mujer que me atendió y dio el aviso.


Y esperé….


 Y seguí esperando….


   10 minutos…


     15 minutos…


       20 minutos…


Me empecé a inquietar. Mentalmente decidí dar 10 minutos más de cortesía y si el señor no aparecía, me excusaría y me iría.


Luego me vino un pensamiento inquietante: probablemente el tipo me estaba castigando.


¿Me estaba castigado por llegar tarde?


Por fin apareció mi (potencial) cliente con rostro serio, formal, que no dejaba entrever nada de enfado.


Me disculpé por haber solicitado, con tres cuartos de hora de antelación, que empezáramos diez minutos después de la hora prevista. No dijo nada. Tampoco se disculpó por haberme tenido esperando casi media hora.


Algo no pintaba bien.


Comencé preguntándole por sus proyectos relacionados para establecer conexiones con lo que yo podía ofrecerle. Le notaba tenso, muy tenso, y además no me estaba prestando atención.


Le propuse dedicar 3 minutos a poder enseñarle un vídeo corporativo, un poco para distendir el encuentro y cambiar de ambiente.


Aquí fue donde el hombre se dejó atrapar por su enfado. Me dijo, de forma muy categórica, que no. Que no quería perder más tiempo con "esto". Que sólo me había recibido porque mi compañero había sido muy pesado.


Yo le observaba. Ahora me doy cuenta de que, menos mal, lo hacía desde la “distancia”. Era como observar un acontecimiento que no tiene que ver con uno. Simplemente está ocurriendo.


¡Resulta que el tipo era un 1! ¡Era un eneatipo 1, perfeccionista, crítico y juez! ¡Y yo cometí el error fatal de haberme retrasado! Con alguien así es muy difícil levantar una reunión. Las has cagado Santi ¡Has sido impuntual!


Con total calma, cerré mi PC, me puse de pie y me excusé. Le dije que creía que lo mejor era no hacerle perder el tiempo y que podíamos finalizar ahí mismo la reunión sin problema.


Me espetó: ¡No! ¡Ahora me enseñas lo tuyo! (lo mío era las soluciones de las que yo me encargaba).


Me senté sin rechistar, abrí de nuevo mi PC y comencé a explicarle y a preguntarle.


Y ¿sabes qué?


¡Que luego el tipo nos compró!


¿Por qué lo hizo? Por supuesto porque estaba interesado en lo que podía ofrecerle y llevaban tiempo buscándolo (si no, no me hubiera recibido), a pesar de que le dí de lleno en su "herida". Llegué más tarde de lo pactado. Falta. Error. Me castigó, me trató con descortesía mostrándome su enfado (o sea, su dolor), condescendientemente y yo qué sé qué más. Fue la peor reunión de mi vida.


¿Qué pasó entonces? Por la razón que fuera, me di cuenta de su eneatipo y comencé a observarle y no a tomarme lo que me estaba diciendo de forma personal.


Eso evitó que le mandara a tomar por XXX.


A tomar por XXX es una frase que en España usamos para decir que queremos enviar a alguien muy lejos de nosotros. Muy lejos y perderle de vista.


Cuando quieras tener buenas relaciones debes comprender que cada cual procesa lo que ocurre de manera diferente.


Algunos lo hacen de formas que no te gustan. Pero si entiendes por qué, te alejas, te distancias, no te ofendes.


Les tratas con comprensión.


Y si todo va bien, vendes.


#eneagrama #darnoscuenta #gerardoschmedling


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